Las elecciones en España dieron como triunfador al PSOE por sobre el PP. Si bien ninguno de los dos obtuvo mayoría absoluta, ambos crecieron, situación que pone casi al margen a los partidos minoritarios, a la vez que se vuelven -una vez más- claves para decidir a quién darán su apoyo, no sólo para que Zapatero sea presidente, sino para gobernar, aprobar o rechazar presupuestos, iniciativas.
Por lo pronto, queda una sensación de tensión política, ya que cada iniciativa legislativa va a requerir de los votos de otros partidos. A su vez, en primera instancia, si bien el PP no logró el objetivo de ganar la presidencia, tarea nada fácil, ya que desde que retornó la democracia en España, nunca un mismo partido en su primer intento de reelección ha perdido, ha sido el partido que más ha crecido, y no sería extraño que continúe su actitud confrontacional y muy crítica al PSOE y, especialmente, a Zapatero.
A su vez, Zapatero tiene un panorama conflictivo para gobernar, tiene varias asignaturas pendientes: terrorismo, migración y la desaceleración económica de España en el contexto del freno mundial económico entre otros.
En lo que respecta a Latinoamérica, Zapatero ha insistido durante su actual gestión y en su campaña apoyar a los países en desarrollo. Y, desde luego los partidos: PRSD, PS y PPD respiran más tranquilos teniendo a un partido aliado clave en el gobierno al menos por los próximos cuatro años. Y es casi tan importante como es que no haya ganado el PP aliado natural de
*Gonzalo Meza es sociólogo.