27 de mayo de 2008

Whereas…

Por Luis Casado*

Cuando el imperio se acuerda que tiene un corazoncito, o más prosaicamente, cuando ve que el cagazo que viene puede atentar contra su seguridad interna, se produce un derrame de buenas intenciones que puede hasta incluir una peli de Hollywood tan llena de buenas intenciones que se te caen las lágrimas.

Algo así como “Charlie Wilson's War”, que relata la guerra de Afganistán contra los soviéticos vista desde la cama de un senador algo dedicado a las minas, -sobretodo a las cristianas integristas pero amantes de un buen polvo-, y a los buenos polvos, de preferencia blancos, no sé si me explico.

El resultado ya lo conoces: después de echar a los popoffs, los afganos pasan lo esencial de su tiempo produciendo heroína y matando yanquis de dos maneras: con balas… y con droga.

El 27 de septiembre del año 2005, la primera sesión del 109° Congreso de los EE.UU. vio llegar una proposición de Resolución, la H.RES.461, presentada por Mr. Smith, representante de New Jersey, en su propio nombre y en el de los honorables Mr. Payne, Mr. Royce, Mr. Flake, y Mr. Meeks de New York, resolución que fue sometida al Comité de Relaciones Internacionales.

Lo sabroso son los “Atendido” o “Visto”, ¡atento el personal!:

”RESOLUCIÓN

Con el fin de promover la aceleración de la eliminación de los subsidios agrícolas en los países industrializados para aliviar la pobreza y estimular el crecimiento, la salud y la estabilidad en la economía de los países africanos.

Visto que los países industrializados, como los Estados Unidos y los países de la Unión Europea, gastan mil millones de dólares diarios en subsidios agrícolas, aproximadamente seis veces más que el monto oficial de la ayuda destinada a los países en vías de desarrollo;

Visto que los subsidios agrícolas que distorsionan el comercio han estimulado históricamente la sobreproducción en los países industrializados, aplastando las economías agrícolas y disuadiendo las inversiones agrícolas en los países en vías de desarrollo;

Visto que más del 70% de los africanos dependen del sector agrícola para lo esencial de su sustento;

Visto que el hundimiento de la agricultura en los países africanos y otros países en desarrollo frustra los esfuerzos globales para reducir la pobreza, contribuye al desarrollo de enfermedades, incluyendo la pandemia de HIV/SIDA, y al aumento de la inestabilidad que amenaza la seguridad de los Estados Unidos;


Visto que de acuerdo a un informe de Oxfam Internacional, gracias a los subsidios la parte de los Estados Unidos en el mercado del algodón creció en un 37%, haciendo de los EE.UU. el líder en materia de exportaciones a pesar de que el precio del algodón cayó por debajo de los costes de producción en los EEUU.

Visto que más de 10 millones de personas, solo en África Occidental y Central, dependen directamente de la producción de algodón para su subsistencia, al exportar un 90% del algodón que producen;

Visto que de acuerdo a las estimaciones del Instituto de Asuntos Económicos de Gran Bretaña los subsidios agrícolas de la Unión Europea han reducido las exportaciones africanas de leche y derivados en más del 90%, de ganado en cerca de un 70%, de carne en casi 60%, de productos agrícolas (cereales excluidos) en un 50%, y de cereales en más de un 40%;

Visto que en Japón una vaca lechera produce en promedio U$ 7,50 de subsidios diarios, mientras que 75% de los africanos vive con menos de U$ 2 por día;

Visto que a través de los Programas de Ajuste Estructural del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial los países subdesarrollados fueron obligados a terminar con sus propios subsidios agrícolas de manera expedita, a pesar de que los países desarrollados son reacios a eliminar los suyos;

Visto que los países desarrollados acordaron negociar el fin multilateral de los subsidios agrícolas a través de la Organización Mundial de Comercio (OMC) con una fecha objetivo fijada al 1 de enero del 2005 pero que esta fecha no fue respetada;

Visto que el Grupo de los 8 países desarrollados (G-8), reunido del 6 al 8 de julio del 2005 en Gleneagles, Escocia, emitió una declaración que vuelve a comprometer a sus miembros “a la eliminación de toda forma de subsidios a la exportación”;

Visto que los estados miembros del G-8 también acordaron en la reunión de Gleneagles obrar para la exitosa conclusión de la Agenda de Doha de la OMC que incluye la armonización de las reglas del comercio internacional;

Visto que la mayoría de los países menos desarrollados (PMD) son países africanos, incluyendo a 25 de los 30 PMD de la OMC;

Visto que la economía de África constituye actualmente solo dos por ciento del comercio mundial, en parte como resultado de las políticas de los países desarrollados que distorsionan el comercio;

Visto que el Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimenticias advirtió en su informe sobre el hambre “Pan para el Mundo” del año 2003 que la liberalización del comercio de productos agrícolas en todos los países industrializados llevaría a un incremento del 45% en el comercio neto de África sub-Sahariana, así como a un aumento del 5,1 % del ingreso anual de las granjas y agro-industrias en África sub Sahariana, excluyendo África del sur;

Visto que el Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimenticias estima que en África cada dólar de ingreso agrícola produce U$ 1,42 de aumento adicional en el PNB;

Visto que, a pesar de la más alta tasa de crecimiento en ocho años, con un 5% el año pasado, la mayor parte de los países africanos necesitan una rápida adecuación de sus capacidades comerciales para hacerle frente a la apertura de sus mercados según las reglas de la OMC;

Y

Visto que el Presidente George W. Bush hablando frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre del 2005 dijo que los Estados Unidos están preparados para eliminar todos los subsidios, derechos de importación y otros obstáculos al libre flujo de mercancías y servicios entre los Estados Unidos y las naciones más pobres: Ahora, se Resuelve…”


Ahí vienen cuatro medidas al peo que debiesen contribuir a resolver los problemas enumerados más arriba. ¿Resultado casi tres años más tarde?

Simple: Los EE.UU. acaban de programar, para los cinco años a venir, los subsidios más caros de la historia del imperio. Nunca los Estados Unidos y la Unión Europea habían gastado tanta plata en subsidios agrícolas como en este momento. A la OMC le pueden dar por el saco, y después de todo… ¿a quién coños le preocupa la OMC?

Y después no me vengan a decir que uno es antiyanqui. Na’ que ver. Lo que me rompe las bolas son los hilotas nacionales que firman acuerditos en plan TLC con la esperanza de salir en la foto comiéndose una hamburguesa.

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* Luis Casado es ingeniero del Centre d’Etudes Supérieures Industrielles (CESI, Paris, Francia), profesor del Institut National de Télécommunications (INT) y miembro del Comité Central del Partido Socialista de Chile.