30 de mayo de 2008

Consejo de Equidad: ¿una oportunidad pérdida?

Por Leonel Tapia*



Las recomendaciones del Consejo Asesor Presidencial Trabajo y Equidad elaboradas durante 8 meses por un grupo de expertos son más de lo mismo. Queda la sensación de una enorme pérdida de oportunidad para avanzar en una agenda renovadora que disminuya las inequidades que afectan, no sólo a los quintiles de más bajo ingresos, sino también a la clase media chilena. Las estructuras de poder y económicas causantes de las disparidades en nuestro país quedan inmunes, desperdiciándose la oportunidad de colocar temas y propuestas de fondo que no se reduzcan al simple incremento de subsidios.

Todas las propuestas apuntan a la optimización de la oferta actual de los programas orientados a los segmentos más pobres, particularmente los focalizados para la superación de la pobreza, el mejoramiento de la empleabilidad del quintil más pobre así como los programas de apoyo a la microempresa informal. Iniciativas que hasta el momento muestran resultados en la disminución del porcentaje de chilenos viviendo en condiciones de pobreza, pero cero avance en la construcción de un Chile más equitativo. No es lo mismo reducir la pobreza que avanzar a una mejor distribución de los ingresos en el país. La experiencia de los últimos 35 años muestra que el crecimiento y desigualdad “pueden convivir en completa comodidad” en nuestro país.

Un enfoque distinto requiere que las políticas sociales y públicas aborden seriamente el circuito de exclusión y aislamiento que afecta a los quintiles más pobres respecto a la segregación espacial, segmentación educativa y segregación laboral. Dicha aproximación exige repensar el enfoque actual de una oferta pública cargada de subordinación de los más pobres asumiendo que el Estado sabe como hacer bien las cosas. Muy contrario a la experiencia de los últimos años en que la falta de prolijidad y transparencia en el diseño de iniciativas públicas ha estado marcada por importantes fallas (Transantiago, EFE, Reforma Educacional, entre otros). Se requiere repensar los modelos actuales de intervención y asegurar que los incentivos estén bien puestos para evitar enfoques asistencialistas y paternalistas que no contribuyen a soluciones sustentables en el tiempo.

Sobre la microempresa informal, su desarrollo depende de cambios significativos que van más allá de los programas actuales de contención o mitigación. Exige generar oportunidades avanzando hacia la nivelación del plano competitivo para abordar las fallas de mercado que enfrentan, tales como las distorsiones de mercados oligopólicos expresadas en relaciones asimétricas con problemas de discriminación y de costos de transacción que dificultan su inserción en los mercados más dinámicos. Una microempresa que muestra buenos resultados avanzará rápidamente hacia la formalización pagando impuesto y dando más trabajo.

Exige también repensar la institucionalidad actual del fomento productivo que hoy tiene un enfoque sectorial y reducido muy proclive a trabajar con grupos cautivos que le garantiza cobertura y ejecución presupuestaria pero le resta efectividad e impacto a la inversión pública.
En síntesis, las propuestas del Consejo siguen la receta de focalización de esfuerzos presupuestarios asumiendo una relación lineal entre la asignación de recursos monetarios y la solución de los problemas.

El desafío actual del país es mayor e incluye pensar nuevas formas y estrategias de trabajo tanto del estado como del mercado. Tema fundamental para avanzar en la equidad y en el mejoramiento de la democracia en Chile.

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*Leonel Tapia es economista de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central.